Los primeros juegos de azar ya se conocían hace miles de años. Esta opinión está respaldada por numerosos hallazgos arqueológicos. Por ejemplo, los científicos han descubierto dados antiguos que se remontan a la época medieval. Es posible que al principio este atributo se utilizara para rituales mágicos, y que sólo después se convirtiera en una parte indispensable del juego.
Pero si no se conoce mucha información sobre los tiempos más antiguos, en la Antigua Grecia y el Imperio Romano se formó un verdadero culto al juego. Así, en el siglo VI a.C., se construyó el Circo. Sin embargo, en aquel momento, el nombre no tenía nada que ver con el concepto actual. En el circo romano, los invitados jugaban a los dados, hacían apuestas y apostaban dinero.
La antigua China y la India contribuyeron al desarrollo del juego. Por ejemplo, en la colección de textos religiosos, himnos y reglas del Rigveda, se puede encontrar información sobre las reglas de los dados y otros entretenimientos. En esta época, comenzó a formarse toda una industria del juego, que ahora es común en todos los rincones del mundo. Sin embargo, en aquella época, sólo unos pocos establecimientos podían realizar apuestas y jugar a las cartas.
El siguiente gran paso en el desarrollo de los casinos se dio durante el Renacimiento. Fue entonces cuando los establecimientos en los que los visitantes no sólo podían relajarse, sino también jugar a las cartas, se hicieron muy populares en Italia. La popularidad del entretenimiento del juego en el país era tan grande que a mediados del siglo XVII Venecia tuvo su primer casino legal, llamado Il Ridotto.
Además, el propio término «casino» se acuñó en Italia y se traduce literalmente como «casa pequeña». Además de la diversión en sí, estos lugares ofrecían al público música, baile, comida y bebida.
Se cree que el primer casino del mundo se abrió para atraer a la gente al carnaval veneciano. Por aquel entonces, el lugar sólo era visitado por los nobles que podían permitirse grandes apuestas. Además, el casino tenía un estricto código de vestimenta y había ciertas reglas. El Estado era fiel al club, ya que pagaba buenos impuestos al fisco. Sin embargo, debido al descontento con la iglesia, el casino se cerró un poco más tarde.
Pero la gente ya se sentía atraída por el juego, así que los casinos empezaron a aparecer en gran número en Italia y fuera de ella. En el siglo XVIII se abrió el primer establecimiento en Francia. Esto se atribuye en gran medida al deseo del ministro del país de complementar el tesoro con impuestos a través del juego. Los propios franceses eran especialmente aficionados a la ruleta.
Entonces empezaron a abrirse clubes en todos los demás países, donde la gente rica estaba dispuesta a jugar y hacer grandes apuestas. Los casinos europeos alcanzaron su apogeo en el siglo XIX. Los establecimientos ya no parecían casas pequeñas y estrechas. Ahora son locales amplios con excelentes servicios. Todo esto empezó a atraer a más y más personas adineradas, deseosas de jugar en la comodidad de sus hogares.
Para los que preferían jugar por grandes sumas de dinero, había salas separadas para esos pocos elegidos. La popularidad de los casinos aumentaba cada año, pero a finales del siglo XIX la mayoría de los clubes estaban cerrados. Después, sólo se pudo jugar en Montecarlo, donde no se aplicaban las prohibiciones de los casinos.
Sorprendentemente, el juego no se extendió inicialmente tan ampliamente en Estados Unidos como en Europa. Sin embargo, con el tiempo surgió aquí la capital mundial de los casinos, Las Vegas. Ahora los mejores casinos se encuentran aquí, atrayendo a miles de jugadores. En Asia, el equivalente a Las Vegas es Macao. Aquí también hay muchos casinos.